Atando cabos
TÍTULO ORIGINAL The Shipping News
AÑO 2001
DURACIÓN 124 min.
PAÍS Estados Unidos
DIRECTOR Lasse Hallström
REPARTO Kevin Spacey, Julianne Moore, Judi Dench, Cate Blanchett, Pete Postlethwaite, Scott Glenn, Rhys Ifans
SINOPSIS: Cuando Quoyle, un solitario y desventurado habitante de Nueva York, pierde a su esposa, de la que ya vivía separado, en un accidente de coche, su vida cambia para siempre. Abatido por el dolor y la nostalgia, se retira junto a su tía y su joven hija a Terranova, el misterioso hogar de sus ancestros. En el pequeño puerto pesquero de Killick-Claw, Quoyle consigue un trabajo como reportero en el periódico local, The Gammy Bird. Con cada artículo que escribe, se acentúa su percepción de esta peculiar comunidad, junto a la propia percepción de sí mismo. De forma gradual, va naciendo un romance con Wavey, una mujer que vive con sus propios demonios personales. Mientras se va desarrollando su nueva vida en Terranova -un lugar de mágica e intransigente belleza y a la vez de duras condiciones- su pasado se funde con su presente y Quoyle se transforma.
Quizá una de las películas donde el abuso sexual apararece de un modo más tangencial. Pero así como digo que no forma parte esencial del argumento, también cabe señalar que se trata de una excelente película.
La mala educación
TÍTULO ORIGINAL La mala educación
AÑO 2004
DURACIÓN 105 min.
PAÍS España
DIRECTOR Pedro Almodóvar
REPARTO Gael García Bernal, Fele Martínez, Javier Cámara, Juan Fernández, Daniel Giménez Cacho, Lluis Homar, Alberto Ferreiro, Fran Boira, Paco Maestre, Nacho Pérez, Raúl García, Petra Martínez, Leonor Watling
SINOPSIS: Gael García Bernal interpreta a un travestido aspirante a actor que se encuentra a un compañero del colegio, ahora director de cine (Fele Martínez), que no ve desde hace 15 años. Juntos recordarán los oscuros años vividos en una escuela católica.
Interesante película de Almodóvar (más interesante para quien le guste su cine, y menos para quien no le guste) donde se abordan los abusos por parte de la iglesia católica. No se profundiza en exceso, pero tiene algunas frases realmente brillantes.
Gracias por la información. Me ha despertado el interes por verla. Saludos.
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Hola. Acabo de leer un artículo en un blog titulado "Neurociencia-neurocultura" que me ha parecido de gran interés para todos nosotros. El artículo se titula "Resentimiento y perdón" y habla sobre cómo nos afectan las ofensas de los demás, incrustándonos en "un bucle sin fin donde emergen contenidos diversos de hostilidad, angustia y culpa". Habla sobre la necesidad de "perdonar" si queremos ser libres y seguir viviendo y el porqué de este fenómeno.
He de decir que me parece muy acertado todo lo que dice y que por experiencia propia puedo decir que, efectivamente, funciona la cosa tal y como se describe en el artículo. Espero que os sirva de ayuda. Os dejo el enlace al artículo.
Resentimiento y perdón
Me gustaría saber vuestra opinión sobre el artículo.
Interesante artículo, sin duda. Personalmente me he visto varias veces en la tesitura de tener que explicar porque no considero necesario perdonar al agresor. Leyendo este artículo he encontrado una pista más, quizás la más importante, para explicar porque en mi caso no es necesario. La dualidad resentimiento/perdón no me representa, por lo que entiendo que al no experimentar este sentimiento, tampoco tengo la necesidad de perdonar.
Bien es cierto, no obstante, que al haber hablado con tanta gente que ha sufrido abusos sexuales en su infancia, comprendo que mi caso es un tanto excepcional, pues en la gran mayoría existe un mayor o menor grado de resentimiento o rabia que, probablemente, requiera del perdón tal y como se menciona en el artículo que nos has dejado.
Un abrazo.
HOla. Soy el autor de ese articulo que mencionaís y me gustaria añadir algunos matices.
Para perdonar a alguien es necesario que el agresor pida perdon, sin que exista esa interacción personal es dificil aunque no imposible perdonar. Significa que en la mayor parte de las ocasiones las ofensas quedan sin negociar. En otras ocsaiones es la justicia la que impide el perdón porque establece un castigo que pasa por alto el necesario pacto psicologico al ofendido. Pero lo más importante me parece que está en aquellos hechos sobre los que no ha habido demanda de perdón pero uno con el tiempo establece una hipotesis sobre la ofensa que le permite perdonar. Creo que esta capacidad para el perdón coemerge con el autoperdón. Sólo en la medida de que seamos capaces de ver que nosotros tambien somos capaces y hemos ofendido a otros para que el individuo pueda perdonar y perdonarse.
Gracias por la aclaración, "pacotraver". No te conozco pero te puedo decir que me parece muy acertado el artículo aunque, depende de la situación en la que nos encontremos, nos pueda chocar bastante en un principio y puedan venir a la cabeza frases como "encima tengo que hacer yo el esfuerzo de perdonar, yo no tengo porqué perdonar nada". Y en realidad el perdonar es un acto, digamos "egoísta", es para nuestro bien, para favorecer nuestra salud mental. Bueno, esta es mi opinión basada en mi experiencia. Un fuerte abrazo.
Hola pacotraver, en primer lugar bienvenido al blog.
Es interesante el matiz que mencionas sobre la necesidad de que el agresor pida perdón. Ciertamente; sin esa reciprocidad no se terminaría de completar el círculo, aunque bien es cierto que el paso primordial,a mi entender, es el autoperdón.
Hay un punto, no obstante, que no podemos obviar. Si hay algo que caracteriza a la gran mayoría de agresores sexuales es su falta de empatía hacia el sufrimiento de la víctima. O dicho de otro modo; es muy raro que un agresor pida perdón, al menos que lo pida sin coacciones o porque crea que le interesa hacerlo.
La justicia es un punto y aparte. En estos casos, más que ayudar en el proceso, lo que suele hacer es complicarlo todo todavía más.
Es muy interesante, aunque sólo quede apuntado, el que nosotros también podamos convertirnos en ofensores. Evidentemente. Nuestra realidad, la de haber sido victimizados, a veces nos deja con la sensación de que el mundo está en deuda con nosotros: victimismo.
Y luego está el tema de la reparación del daño causado, algo que la justicia deja siempre en la recamara.