La respuesta familiar, social, jurídica y, en general, la que se da desde cualquier ámbito particular o institucional ante un delito es casi siempre unánime. Bueno, no siempre. Cuando se trata de un abuso sexual a un menor las cosas se ven desde otro ángulo. Y uno se pregunta porque. Al fin y al cabo abusar de un menor es un delito. Es cierto que la opinión imperante, cuando se le pregunta a alguien a quien no le afecte directamente, es radical y tajante en el sentido de considerarlo como uno de los peores delitos posibles. Sin embargo si este mismo hecho se investiga en el entorno de un menor abusado es habitual que las posturas estén muy alejadas de la lógica expuesta en el caso anterior, modificándose de un modo tan lamentable como incomprensible. El niño no es la prioridad, sino el silencio, la ocultación y el “aquí no pasa nada”. No siempre; pero sí demasiadas veces.
A título individual, cualquier persona interrogada al respecto, se mostrará indignada ante un hecho como el A.S.I., aunque colectivamente la mayoría prefiere pasar por encima de tan espinoso tema. Incluso a título individual, más allá de unas pocas palabras, casi nadie te presta apoyo y se incomoda cuando se trata este asunto de un modo directo. En el fondo se adopta una postura de “es muy grave el problema pero es tu problema”.
Socialmente tampoco hay grandes diferencias. Sólo cuando sale a la luz algún caso especialmente llamativo surgen voces clamando justicia, pero en general da la sensación de que nadie quiere ver el PROBLEMA, que sin duda no es el de los pederastas que actúan en la red o algún que otro elemento como el austríaco que tenía encerrada a su hija en un sótano. El PROBLEMA está en las familias y en el entorno próximo del menor, que supone aproximadamente el 90% de los abusos. Y la aplastante mayoría de estos casos han gozado y siguen gozando de la más absoluta impunidad.
Como se suele decir: “Ocurre hasta en las mejores familias”. Esto es muy importante, ya que a tenor de lo escrito uno puede llegar a pensar que las familias que no prestan un apoyo incondicional en una situación de abuso son familias desestructuradas, con problemas, conflictivas, etc. Pues no. Son familias normales. Son familias cuyos miembros se indignarían ante este hecho… siempre y cuando no suceda en su propia familia. En este caso las cosas cambian por completo. No se habla de ello. Si el menor no da síntomas realmente graves (lo cual es probable que no ocurra) todos prefieren dar por sentado que aquí no pasa nada. Y así podemos seguir siendo una familia feliz.
Existe demasiado desconocimiento y escasas ganas de implicarse en un asunto cuya gravedad parece que muy pocos quieren afrontar, aún que se trate de familiares directos. Me sigue pareciendo increíble que la gente se indigne por lo que ocurre en Austria, por ejemplo, y pasen por completo de lo que ocurre ante sus narices. Incluso en su propia casa.
Creo que es un tema al que la mayoría de la gente le tieme MIEDO porque es algo que les puede pasar, o pudiera estar pasando y no lo saben o no quieren darse cuenta; y además, siempre es más cómodo el "no temmetás", en fin.
Descubro este blog y me parece estupendo. Si me permites te en lazaré en mi blog principal (EL Mundo mde WIlhemina Queen) y en bloster.
Un abrazo!
Por supuesto. Es importante llegar al mayor número de gente para que este asunto deje de ser un tabú al que nadie quiere mirar de frente. Y como tú dices, puede estar pasando a cualquiera.
Un abrazo.
Joan:
Cierto, no hay perfiles, puede ocurrir en cualquier familia. Es como ocurre con la violencia de género, quien menos te lo esperas es un maltratador, un violento o un pederasta.
¿Porqué no se habla del ASI como con la violencia machista? ¿qué ocurre?
Hay que sacarlo más a la luz, hay que mostrar este grave problema a la sociedad, hay que luchar contra los pederastas.
Un saludo.
Joan espiamos por la ventana lo que sucede en otras familias, pero no en la nuestra!!!
Anoche me acorde de vos, ví un documental con personas abusadas cuando niños: el tema se refería a personas que tienen dentro varias personalidades y los psiquiatras trabajando en ello. Impresionante, me he quedado pensando...que te encuentres bien y mis besitos!!!
Te he robado el artículo, cada vez que hablo del abuso o pongo tus escritos...todos gritan HAY QUE MATARLOS A TODOS!!!, pero siguen ocurriendo.
El demonio Grassi sigue suelto, cuanto dinero tiene la iglesia para seguir dándole vueltas al asunto y no meterlo preso de por vida. Cúanto dinero tiene la iglesia para pagar a los medios para que no se hable...besos!!!
Joan pasa a retirar un mimo en
http://gracielaroth.blogspot.com/2009/04/cascadas-de-mimos.html
Un lindo tema Joan para profundizar.. Tienes razón en el parelelismo que planteas entre la reacción de la persona como miembro de la comunidad ante una situación de abuso sexual y la persona como miembro familiar del abusado. Como sobreviviente de ASI, he encontrado mas apoyo en extraños que en mi propio ámbito afectivo, lo digo en el sentido de conversar sobre el tema de intercambiar opiniones. Existe una marcada sensación de que es un problema de todos pero a su vez cuando el tema se plantea en la esfera familiar se produce un retroceso inmenso, es un tema del cual nadie en la familia quiere hablar, aumentando así el riesgo de abusos intrafamiliares y negando o retrasando, de cierta forma, la sanación del integrante víctima de ASI. Una humilde apreciación al respecto... Saludos para todos
Cuanta razón tenéis todos. Cuánto silencio humillante y destructivo para los que hemos sufrido este daño irreparable. Los estragos del ocultismo y de la no denuncia en el ámbito familiar hace que a personas como yo la sed de justicia, que es humana e igual para todos, esté destrozando poco a poco mi vida emocional. A pesar de tener un marido estupendo que me ama, me comprende y me apoya por encima de todo, yo cada vez estoy peor... y ya no sé EL PORQUÉ DE TODO. Haber sufrido ASI ha contaminado el resto de mi vida para siempre. Es brutal lo que se sufre.
Es horrible por que vives muerta hasta que alguien te quita la venda de los ojos, después el dolor siempre está hay como antes, cada vez que alguien intentan disculpar los sucedido o quitarle importancia sientes que te vuelven a hacer un daño terrible, no es fácil superar esto a mi a veces me vienen recuerdos a la cabeza y me pongo a llorar, es que para mi es el peor delito que existe por que te destruyen cuando estás empezando a vivir y desde ese momento ya no eres nada,