A modo de introducción apuntar que Mila sufrió abusos por parte de tres de sus hermanos y que escribió una carta a cada uno de ellos. Las tres son bastante parecidas, por lo que considero que una de ellas nos basta para hacernos a la idea de lo terrible que fue la experiencia y dejando claro que el dolor, si ello es posible, debe multiplicarse por tres.
Llevo años queriendo escribir esta carta. Imagino que te habrás dado cuenta, pero por si acaso te lo digo explícitamente, hace tiempo que dejaste de ser mi hermano. Y te voy a explicar por qué, aunque igual te lo imaginas, no lo sé.
No te puedes hacer a la idea, ni por un momento, del daño que me has hecho y por eso te lo voy a contar, aunque quiero aclararte que ya no te odio y la verdad, te he odiado mucho, durante muchos años, pero ya no, ahora lo que siento es indiferencia. No sé por qué me hiciste aquello de pequeña, tenlo claro, abusaste de mí para tu satisfacción ¿durante cuánto tiempo? ¿Diez años? Sé que terminó cuando te casaste (yo tenía 15), pero no tengo claro si empezó con cinco, con seis, aunque creo que da igual, ¿ni aún ahora te parece una aberración? ¿No podías haber satisfecho tus “necesidades” de otra manera más normal? ¿Sabes? Lo que hiciste fue un delito, tú lo sabes, además despreciado hasta por lo peor que hay en las cárceles que, por otro lado, es donde deberías estar. Lo que no sé si sabías era el daño que me ibas a causar (prefiero pensar que no).
Por tu culpa he padecido unas secuelas horribles durante muchísimo tiempo. Aún me quedan algunas, pero muy pocas y bastante leves, la verdad. Pero he pasado un verdadero infierno hasta llegar a este punto. Me destrozaste la vida, la infancia, porque jamás debió estar llena de esos “juegos” (que no eran juegos, se llama incesto) sino de otros más apropiados para una niña tan pequeña, y la adolescencia porque era una realidad tan difícil de asumir que casi me vuelvo loca. He planeado mi suicidio unas cinco veces, menos mal que al final no lo hice. He estado en terapia tres años, tres putos años reviviendo los abusos que tú cometiste, para poder superar el trauma. Y muchos más años angustiada, pensando ¿por qué a mí? ¿Por qué nadie me ayudó? ¿Por qué no te diste cuenta de que aquello no estaba bien, puesto que tú eras el adulto? ¿Por qué no dije que no? ¿Por qué no te pegué una patada en los huevos y salí corriendo de allí? O simplemente, ¿por qué lo hiciste? Anulaste mi personalidad, me manipulaste, me hiciste creer que aquello estaba bien, que me gustaba (¡qué repugnante, por favor!).
Como bien sabes, pertenezco a una asociación que lucha contra los abusos sexuales en la infancia, ¡qué bien disimulaste cuando Narciso te vendió la lotería, como si no fuera contigo! No hace falta que disimules, él lo sabe. Te la vendió por propia iniciativa, yo le dije que si podía vender un poco, pero evidentemente tú no entrabas en mis planes, imagino que él quería ver la cara que ponías. Y la llamada que te hicieron desde la asociación, la escuchamos todos sus miembros… se te da bien disimular, pero la persona que te llamaba sabía quién eras tú.
Estoy muy informada de los mecanismos que utilizáis los agresores para abusar de las víctimas sin utilizar la fuerza, simplemente manipulando (tampoco te sería muy difícil convencer a una niña tan pequeña ¿verdad?). Pero el simple hecho de que no hubiera violencia no te exime de la culpa, es simplemente otro delito, si lleva violencia es agresión y si no la lleva, abuso. Por eso te he dicho que tú abusaste de mí. ¡Qué bien te cubrías las espaldas! ¿Te acuerdas? “no se lo digas a los papás, que sino te reñirán”… no es difícil convencer a una niña tan pequeña, cuando a esa edad nos creemos que los reyes magos vienen volando en camello a traernos los regalos de navidad ¿eh?
Hay víctimas de abusos sexuales en la infancia que olvidan lo sucedido incluso durante años y luego van teniendo recuerdos. Quiero aclararte que, por suerte o por desgracia, no es mi caso, recuerdo perfectamente cada uno de los detalles del abuso, siempre los he recordado y creo que siempre los recordaré. Así que puedes ahorrarte respuestas del tipo "fue un juego" o "no fue para tanto" o "te lo estás inventando o imaginando", porque te lo digo muy en serio, te dejarán en peor lugar del que estás. Y por si se te ocurren respuestas del tipo "yo nunca te obligué" o "no usé la fuerza" te repito que en caso de usar violencia se trataría de agresiones sexuales y yo te estoy acusando de abusos sexuales, en los que no entra en juego la violencia sino la manipulación, el chantaje emocional, etc. No eres menos culpable por eso, sino simplemente eres culpable de un delito diferente.
No es un enfermo es un delicuente, abuso de la inocencia de una niña pequeña y eso no tiene ningún tipo de perdón ni de disculpa, lo siento mucho ojalá estas cosas no pasaran nunca